¿Qué es el síndrome del impostor?
Es cuando una persona, aunque haya conseguido logros importantes y tenga reconocimiento, siente que no merece ese éxito. Vive con el miedo constante de que alguien descubra que “no es tan buena” como aparenta.
A pesar de las pruebas claras de su capacidad, piensa que ha llegado hasta ahí por suerte o por error, y no por mérito propio. Siente que no es lo suficientemente competente, aunque en realidad lo sea.
Este fenómeno no discrimina: puede afectar a cualquier persona, sin importar su profesión o nivel de éxito. Y aunque no es un trastorno mental, sí es una experiencia común que puede limitar el crecimiento personal y profesional si no se atiende.
Características del síndrome del impostor
- Duda constante de los propios logros: Piensan que el éxito se debe a factores externos (suerte, ayuda).
- Miedo persistente a ser “descubiertos”: Sienten que en cualquier momento otros verán que no están realmente capacitados.
- Incapacidad de aceptar elogios: Minimizar sus logros, sentirse incómodos con el reconocimiento.
- Perfeccionismo extremo: Si no es perfecto, sienten que fallaron.
- Autosabotaje: No se preparan bien para evitar el fracaso real y justificar el supuesto fraude.
- Comparación constante con los demás: Se sienten inferiores a colegas o personas de su entorno.
- Necesidad excesiva de validación externa: Buscan aprobación para sentirse válidos.
- Sensación de no pertenencia: Se sienten “fuera de lugar”, especialmente en ambientes competitivos o nuevos.
- Cinco tipos comunes según Valerie Young:
- El perfeccionista
- El superhombre/supermujer
- El talento natural
- El experto
- El individualista solitario
Causas del síndrome del impostor
1. Entornos familiares:
- Hermanos exitosos: crecer sintiéndose “menos”.
- Hijos ideales: presión por ser perfectos y miedo a fallar.
2. Factores sociales y culturales:
- Estereotipos de género, raciales o socioeconómicos.
- Miembros de grupos subrepresentados (mujeres, minorías, LGBTQ+, etc.).
3. Estilos de vida y profesiones:
- Personas en ámbitos académicos o creativos.
- Estudiantes universitarios de primera generación.
- Autónomos con poca retroalimentación externa.
4. Eventos clave:
- Primer empleo o promoción.
- Cambios en responsabilidades.
- Éxito temprano (y la idea de que todo debe ser fácil siempre).
Cómo superar el síndrome del impostor
1. Reconocerlo y nombrarlo: El primer paso es entender que lo que sientes tiene un nombre y es común.
2. Identificar los pensamientos distorsionados: Trabajar las creencias negativas sobre el propio valor.
3. Reformular el diálogo interno: Cambiar el “no soy lo suficientemente bueno” por “estoy aprendiendo y creciendo”.
4. Aceptar los elogios: Practicar recibir reconocimientos sin justificarse.
5. Desarrollar autocompasión: No exigirse perfección ni compararse continuamente.
6. Registrar logros objetivos: Llevar un diario o bitácora de éxitos reales.
7. Buscar mentoría y comunidad: Compartir experiencias con otros puede desmitificar el sentimiento de soledad.
8. Establecer límites al perfeccionismo: Definir cuándo algo está “suficientemente bien”.
9. Aceptar que equivocarse es parte del camino.
Impacto si no se atiende
En el ámbito personal:
- Ansiedad, estrés, baja autoestima.
- Sentimiento de no merecer felicidad o éxito.
- Dificultad para mantener relaciones sanas (afectivas o sociales).
En ámbito el profesional:
- Rechazo a nuevos retos o promociones.
- Exceso de trabajo (para compensar la “falsedad”).
- Agotamiento (burnout).
- Falta de satisfacción, incluso con logros reales.
- Estancamiento laboral por miedo a “ser descubiertos”.
Si se considera que el síndrome del impostor está afectando significativamente la calidad de vida o la capacidad para funcionar en el trabajo o en las relaciones, es recomendable buscar ayuda profesional de un psicólogo o psicoterapeuta.

"Ayudamos a tu organización a innovar y solucionar tus retos de una manera práctica, rápida e involucrando a tus colaboradores"